Acabo de leer este post, y me ha encantado, extraigo un fragmento, pero recomiendo su lectura:
Cambia tú lo que yo no puedo cambiar. En la relación padres-hijos esto es común: intentamos cambiar en nuestro hijo lo que no podemos cambiar ya sea en otra persona significativa para nosotros, o bien, lo que no podemos cambiar en nosotros mismos. Cuantas veces pides a tu hijo que no fume, con un cigarro en la mano; que no diga palabrotas, cuando tienes “joder” todo el día en la boca; que sea ordenado, cuando tu puedes pasarte horas buscando las llaves; que no diga mentiras, cuando tú las dices; que no grite, ¡gritando!, y así hasta el infinito. Y aquí va el mensaje implícito: “esto es mío, no me gusta, no lo puedo cambiar, cámbialo tú por mí”.
Si estás leyendo este post sólo puede significar una cosa: ¡ERES UN PADRE/MADRE VALIENTE!. Hace unos días, por causalidad, cayó en mis manos el libro de Martha Alicia Chávez «Tu hijo, tu espejo», cuyo objetivo es contribuir a cultivar y fortalecer el amor entre padres e hijos.
¿Por qué me molesta tanto este comportamiento de mi hijo o esta situación? ¿Me avergüenza ante otros? ¿Me preocupa que piensen que no soy buena madre/padre? ¿Se parece a mí justo en lo que tanto me desagrada de mí? ¿Le tengo envidia porque él sí puede o tiene lo que yo no? ¿Estoy tratando de que él sea o haga lo que yo no pude en el pasado o no puedo ahora? ¿Quiero que él haga o cambie algo que yo no puedo cambiar?
Te invito pues, a unirte a padres y madres que, como tú, estamos dispuestos a descubrir esa «parte oculta»…
Ver la entrada original 2.008 palabras más