Cuando hablamos de hábitos de vida saludable, incluir una rutina de ejercicio físico es algo casi obligatorio. Todos sabemos que el deporte tiene múltiples beneficios en la salud física. También sabemos que nos ayuda a sentir mejor psicológicamente. Sin embargo, aún muchos se resisten a incluirlo en su rutina diaria. Una de las maneras de animar a estas personas tan resistentes, es hablándoles de cómo el ejercicio nos ayuda psicológicamente. Entender que el cambio empieza por uno mismo y que, si queremos algo tenemos que luchar por ello, parece una idea simple, pero aceptarlo y ponerlo en marcha no siempre lo es. Eso sí, el esfuerzo merece mucho la pena.
Auto cuidado.
Cuando hacemos ejercicio físico nos estamos cuidando y, simplemente el saber que lo estamos haciendo, ya pone en marcha un engranaje de aspectos positivos imprescindibles para una buena salud emocional. Es un rato por y para nosotros, y a veces es necesario dejar de pensar en los demás y centrarse en uno mismo. Hay infinidad de actividades, sólo hay que probar y elegir cuál es la que más se adapta a nuestros gustos.
Bienestar físico y emocional.
Al hacer deporte estimulamos la producción de sustancias relacionadas con el bienestar. Endorfinas, dopamina, serotonina, epinefrina, adrenalina, noradrenalina, entre otras, son segregadas por nuestro cerebro. Automáticamente la mente se libera, los síntomas relacionados con la ansiedad y la depresión disminuyen, desaparecen los problemas para dormir y en general la persona se siente mucho mejor.
Hábitos de vida saludable. Una vez que esta rutina se empieza a integrar en la vida de la persona, se inicia el contacto con una idea tan sencilla e importante como el cuidado de la salud. Hacer deporte es incompatible con hábitos destructivos e insalubres que no siempre son fáciles de eliminar. El deporte puede ser un excelente aliado para ello.
Autoconcepto y autoestima. Empezar a verse cómo una persona activa, que se cuida y que disfruta con ello, provoca que el autoconcepto se vea fortalecido. Se añaden aspectos como fuerza de voluntad, proactividad, entusiasmo, cuidado personal… los cuales favorecen el concepto o imagen que se tiene de uno mismo. Por otro lado, la autoestima es un término mucho más amplio que tiene que ver con la estima, el respeto y el amor que nos damos a nosotros mismos. No obstante, sentir favorecido el autoconcepto, verse mejor físicamente (porque no nos engañemos, esto también cuenta), y en general sentirse a gusto con uno mismo, ayuda mucho a reactivar el sentimiento positivo que tan importante es que tengamos hacia nosotros mismos.
Debe estar conectado para enviar un comentario.