Psicologia Sanitaria

Enredados…

A menudo, cuando sucede algo traumático, parece que queda atrapado en el sistema nervioso con la imagen, los sonidos, los pensamientos y los sentimientos originales. Ya que la experiencia está encerrada allí (de forma física, es decir, como redes neuronales), se continúa detonando cada vez que sucede algo determinado en el presente. Puede ser la base de situaciones sumamente incómodas y muchas veces de emociones negativas, como el miedo y la impotencia, que, aparentemente, no podemos controlar.  Estas son las emociones que están conectadas con la experiencia original y que están siendo detonadas.

¿Qué le ocurre a estas redes neuronales que no pueden ser metabolizadas / digeridas / procesadas?

Al vivir una experiencia traumática, normalmente sentimos una serie de emociones negativas, como son el miedo, la ansiedad y el estrés. Estas emociones se localizan en una parte del cerebro, dentro del sistema límbico, llamada amígdala. El hipotálamo, dentro del sistema límbico, ordenará la secreción de la hormona cortisol y de la hormona y neurotransmisor adrenalina por parte de la glándula suprarrenal. Estas dos sustancias, el cortisol y la adrenalina, impiden que la experiencia sea “almacenada” en el cerebro de forma funcional. Es decir, las redes neuronales que guardarán en nuestro cerebro esta experiencia serán disfuncionales, y no podrán ser metabolizadas de forma correcta, y serán necesarios muchos días, meses, años, para que el recuerdo pierda la intensidad con la que fue almacenado en nuestro cerebro. En ocasiones estos recuerdos tienen, años después, la misma valencia que cuando ocurrieron.

Así sucede que en ocasiones, cuando echamos la vista atrás hacia un hecho traumático concreto, parece más bien que “reexperimentamos” en lugar de “recordamos”, porque siguen guardadas partes de la experiencia como son los sonidos, las reacciones físicas, los sentimientos, las imágenes…

Podemos entonces explicar los síntomas presentes: ansiedad, tristeza, pánico, ira, creencias negativas, baja autoestima, pesimismo, síntomas físicos (tensión, presión en el pecho, boca seca, nudo en el estómago, diarreas repentinas, etc.), etc. como “detonación” de una parte de un recuerdo traumático no procesado, o procesado de forma disfuncional o parcial.

Veamos, la gran investigación que se ha hecho y los años de experiencia de miles de psicólogos y psiquiatras que usan EMDR alrededor del mundo sobre millones de pacientes llevan a la siguiente conclusión: aparte de otros factores (genéticos, medioambientales, de alimentación, orgánicos, etc.), son principalmente las experiencias negativas que tenemos desde que comenzamos a tener un sistema nervioso desarrollado (en el vientre materno) las responsables de los distintos trastornos emocionales que sufrimos, así como de las partes negativas de uno mismo, que aún no llegando a ser patológicas, nos limitan como personas. Estas experiencias negativas son muy variadas, existiendo Traumas y traumas.

Cada persona es distinta. De la misma forma que hay personas que con un pequeño rasguño sienten mucho dolor y pueden tener grandes infecciones (si por ejemplo tienen el sistema inmune por los suelos), hay personas que se quedan marcadas con determinadas experiencias que para otras personas no tienen la mínima relevancia. ¿Por qué sucede esto? hoy en día los investigadores dan distintas respuestas, pero explicarlas ahora excedería el objetivo que tenemos marcado hoy.

Una de las razones que explican esta “vulnerabilidad” se encuentra en las experiencias tempranas, más específicamente en la relación que establece la madre con el hijo desde que éste está en su vientre hasta los 3-5 años. El estilo de crianza, el desarrollo del apego, juegan un papel muy importante en cómo el niño, luego adolescente y finalmente adulto, se enfrenta al mundo. ( En internet puede encontrar un documento desarrollado por El Defensor del Menor en Andalucía que expone con gran claridad estos aspectos,

“El libro de familia: un GPS educativo”,

http://www.defensor-and.es/informes_y_publicaciones/otras_publicaciones/otros_documentos/descarga_otras_publicaciones/La_Familia_GPS_COMPLETO_.pdf  )

Ahora bien, ¿qué es lo que podemos hacer para eliminar estos síntomas que presenta usted en la actualidad? con la terapia EMDR vamos a darle un empujón a esa capacidad innata y natural del cerebro de procesar/metabolizar/digerir estas experiencias, conectando estas redes de memoria con las partes adaptativas del cerebro. Nos quedamos así con lo útil y desechamos el resto.

Los movimientos oculares, los sonidos bilaterales y el tapping que usamos en el método EMDR parecen desobstruir el sistema nervioso y permitir que el cerebro procese la experiencia. Con EMDR entramos en los recuerdos “aislados” de un modo ordenado, manteniendo activo el sistema de proceso de la información (con el que nació), y poco a poco las informaciones aisladas empiezan a conectarse hasta que el hecho adquiere una dimensión nueva. EMDR ofrece la posibilidad de restaurar este sistema y, sobre todo, que su sistema emocional se regule. Lo importante es recordar que será su propio cerebro quien realice la curación y que es usted quien controla la situación.

Este tipo de tratamiento se realiza en ocho fases:

Fase 1: historia clínica, donde buscamos los distintos traumas T y t. Determinadas preguntas, del estilo ¿sucedió algo importante un tiempo antes?/ ¿cuándo me he sentido así antes?/ ¿Y esto, de dónde viene?/ ¿dónde aprendí esto? nos servirán para comprender el desarrollo específico de su problema, y poder establecer la jerarquización (con mucha frecuencia es cronológica) de los recuerdos en función del objetivo que nos hayamos marcado. Es muy importante señalar en este momento que el hecho de ir buscando los recuerdos traumáticos no implica tener que profundizar en ellos y explicarlos con mucho detalle, es suficiente anotar unas palabras como:

  • 5 años: muere mi padre.
  • 10 años: pis en el colegio.
  • 20 años: infidelidad del novio.

Fase 2: preparación, en el manejo de las emociones a través del lugar seguro, entre otros recursos.

Las fases 3 a 8 son las dedicadas a “digerir” los traumas. Estas fases son: valoración, desensibilización, instalación, examen corporal, cierre y reevaluación.

Todas estas fases se realizarán con cada uno de los traumas (experiencias/blancos/dianas) del plan de tratamiento.

En la fase de valoración nos centraremos en el recuerdo traumático, alineando las distintas partes del mismo.

Después viene la fase de desensibilización: le pediré que se fije en las distintas componentes del recuerdo y que simplemente siga la estimulación bilateral. Ahora es cuando su cerebro comienza a reprocesar el trauma, y lo hace solito, y siempre bien. Usted sólo tendrá que observar lo que le viene a la cabeza, ya sean recuerdos, imágenes, pensamientos, reflexiones, emociones, sensaciones físicas. Iremos haciendo pausas en las que le pediré un poco de información mediante la pregunta “¿qué le viene?”, y después simplemente seguirá observando lo que aparezca.

Una forma fácil de entender esta fase es explicarla así: imagine que está en un cine, en la pantalla aparece la imagen, y tiene un subtítulo “[creencia negativa]”, note como esto le hace sentir y dónde lo siente, y simplemente observe la película que aparece, sin juzgar, ni evitar, ni controlar nada, solo observe y sienta, como si viera una película.

La forma en que cada persona realiza esta fase es diferente, puede que la imagen no cambie y sea siempre la misma. Puede que la imagen cambie, se haga de blanco y negro o de otros colores, que se haga más grande, más pequeña, etc. Puede que la imagen cambie a otra imagen parecida pero que no sucedió. Puede que pase una película mental de todo lo que ocurrió, o de su vida. Puede que salte a distintos momentos de su vida. Puede que no aparezcan imágenes y lo viva todo a nivel emocional, o físico. Suceda como suceda, recuerde que es exactamente la forma en que tiene que ser. Su cerebro lo hará bien.

Es posible que tenga reacciones emocionales y/o físicas muy fuertes e intensas. Suele ser un signo de procesamiento. No se asuste. Si lo necesita podemos hacer una pausa. Mi recomendación es seguir con la estimulación bilateral hasta que esta reacción pase o sea más suave. Imagine que estamos en un túnel negro, conduciendo; si pisamos el freno en medio del túnel, todo será negro alrededor; lo mejor es mantener el pie en el acelerador hasta salir del túnel. Recuerde que todo lo que aparece es material antiguo grabado en sus redes neuronales que se está reprocesando. Está en un entorno seguro.

Que no tenga este tipo de reacción intensa no quiere decir que no esté reprocesando. Simplemente sucede que no está guardado así en su cerebro.

Esta fase dura hasta que el malestar o perturbación llega a 0.

En la fase de instalación procuraremos fijar una creencia positiva con el recuerdo (por ejemplo, “valgo”, “soy fuerte”, “estoy en paz”, etc.).

En la sexta fase realizaremos un examen corporal, comprobando que ya no existe perturbación física.

En la séptima fase, llamada cierre, le daré la siguiente información: “El reprocesamiento que hemos realizado hoy puede continuar después de la sesión. Puede o no advertir nuevos “darse cuenta”, pensamientos, recuerdos o sueños. Si es así, simplemente preste atención a lo que está experimentando, saque una foto a lo que está viendo, sintiendo, pensando y el disparador, y lleve un registro. Podemos trabajar sobre este nuevo material la próxima vez. Si siente la necesidad, llámeme.”

En la siguiente sesión después de esta última fase, realizaremos la reevaluación, es decir, la comprobación del  trabajo realizado sobre este recuerdo.

La velocidad de reprocesamiento es muy variable de una persona a otra. Puede ir desde necesitar sólo una sesión para hacer las fases 3 a 7 de un recuerdo determinado, hasta un máximo de 12 sesiones, independientemente del tipo de recuerdo traumático.

Ahora bien, ¿Qué efectos secundarios produce una sesión de EMDR? Es bastante común sentirse cansado después de una sesión de reprocesamiento, incluso sentir la cabeza como si se hubiera estudiado durante muchas horas. Otras personas no notan nada en especial, y otras se sienten muy bien, ligeras, liberadas. Como no sabemos cómo será su experiencia, le recomiendo que la primera vez que reprocesemos un trauma con EMDR venga con alguien que pueda conducir de vuelta a casa. Si esto no es posible, y viene en coche, no lo coja inmediatamente después de la sesión. Dese una vuelta, tome algo y despéjese. Si se va en transporte público no hay ningún problema.

El reprocesamiento, como se indica en la fase del cierre, no se detiene por dejar de realizar la estimulación bilateral, y puede continuar una vez abandonada la consulta, de forma más lenta. También puede que por la noche duerma muy bien, o que le vengan muchas imágenes… cada persona es distinta. Puede que le vengan imágenes o recuerdos, emociones o sensaciones físicas. Recuerde que no tienen que ver con nada que esté ocurriendo en el presente. Es material antiguo. Si le viene algún recuerdo que considere importante, anótelo. Si hasta la próxima sesión nota emociones o sensaciones físicas o pensamientos muy perturbadores, fíjese en cual es el detonador, y anote todo esto. Este material lo traerá a la consulta, y nos servirá para realizar un trabajo aún mejor.

Los efectos de esta terapia son inmediatos. Los cambios que note desde que finalice la sesión se deberán al reprocesamiento del trauma trabajado. Estos cambios se van haciendo más profundos y generalizados a medida que nos alejamos en el tiempo. Muchas veces ni siquiera se dará cuenta de algunos de estos cambios hasta que yo le pregunte por ellos. Hay pacientes que responsabilizan a otras causas estos cambios. Sea como fuere, verá como al hacer este tratamiento, mejoran los síntomas.

Muchas personas llegan a este tipo de terapia pensando que su malestar, su problema, se superará en muy pocas sesiones. Esto no siempre es así. Si su problema es el estrés postraumático por un hecho puntual, lo más probable es que necesite muy pocas sesiones. Si su problema es un duelo, también iremos rápido, siempre y cuando usted no tenga otros problemas emocionales. Si tiene depresión el tratamiento es más lento, ya que su situación no se deberá seguramente a un único hecho, y nos tendremos que fijar con seguridad en su infancia. No puedo decirle a priori cuantas sesiones necesitaremos. Hay personas con problemas muy graves que mejoran muy rápidamente, mientras otras lo hacen con lentitud.

¿Tienes alguna duda?

 

redes neuronales

El único objetivo de este documento es de servir de apoyo a la explicación que le he dado en la consulta.