Psicologia Sanitaria

Predicamos con el ejemplo.

Como padres sabemos identificar rápidamente cuándo nuestro hijo no se encuentra «bien». Curamos heridas cuando se cae y lastima en la rodilla, intentamos darle alimentos saludables, regular la fiebre cuando sube la temperatura… Pero, ¿cómo cuesta muchas veces conectar cuando no se encuentra bien emocionalmente?!!!.

La disciplina, las reacciones de rabietas, la no tolerancia a la frustración, las conductas desafiantes…, entre otras, pueden ser temas difíciles de comprender y gestionar.

Primero, tenemos que conocernos como padres, ya que predicamos con nuestro ejemplo. Nuestras actitudes sirven de modelo para nuestros hijos. Te pongo un ejemplo, cuando vas de paseo, o en el parque y tu hijo se cae, de repente, se gira y te mira. ¿No te ha pasado? En función de tu expresión y reacción, así reacciona él.

Este ejemplo es muy fácil, pero si queremos profundizar un poquito más, te recomiendo la lectura de «El Cerebro del Niño» del Dr. Daniel J. Siegel. Nos enseña a dividir el cerebro en 4 partes básicas.

  • Cerebro Izquierdo: lo lógico, lo organizado. Tiene la capacidad de estructurar frases, generar historias y analizar situaciones.
  • Cerebro Derecho: experimenta las emociones, señales no verbales.
  • Cerebro Reptiliano: permite la supervivencia, reacciona en milésimas de segundo, nos marca la angustia, la necesidad de salir corriendo ante situaciones que no podemos afrontar.
  • Cerebro Mamífero: nos orienta a la conexión y las relaciones con los demás, con qué facilidad puedo conectar con las personas que me rodean.

LA CLAVE ES LA INTEGRACIÓN, tanto a nivel vertical como horizontal.

Extraído del Libro: «El cerebro del niño» D.J. Siegel

Para que los padres podamos entender a nuestros hijos, es importante saber que así como el cerebro inferior está plénamente desarrollado ya al nacer, el superior no alcanza la madurez completa hasta bien pasados los veinte años!! Así que no es de extrañar que los niños tiendan a quedar atrapados en la parte inferior del cerebro, sin poder recurrir a la superior, montando la consiguiente rabieta. Pero es que además de todo esto, en el cerebro inferior tenemos una parte llamada amígdala que cuando se activa hace que la parte desarrollada del cerebro superior se convierta en inaccesible. Vamos, que además de tener poco desarrollada la parte del cerebro que les ayuda a pensar, a veces no pueden utilizarla!! Pobres, demasiado bien se portan,…

Durante una rabieta en la que un niño es incapaz de usar la parte superior del cerebro, no tiene sentido hablar de consecuencias ni de su conducta inadecuada. Deberemos esperar (también podemos ayudarlo con un gesto afectivo, una frase tranquilizadora… según la edad y temperamento del niño) a que el niño se apacigüe para poder emplear la lógica y la razón, y cuando goce de serenidad plena hablarle de su conducta inadecuada y de la consecuencia si es que la tiene.

Seguimos…

En nuestra consulta, también realizamos Talleres para Papás y Mamás.

Si te interesa este tema o algún otro relacionado con la Crianza de tus Hijos, peques o adolescentes, estaré encantada de poder asesorarte.

Besines,

Mª J. Dionisio